Hace años eran estos días propicios, para a la luz de la
lumbre contar aquellos cuentos e historias de los pueblos y las gentes.
Hoy aprovechando ¨la noche de los finados¨, esa que dicen
que andan los muertos por los tejaos.
Voy a contaros una historieta, que me contó alguien en una
ocasión (hace años).
Como sabemos aquí los frailes carmelitas de criptana, tenían
viñas y una casa cocedero con oratorio en la que fue llamada casa de ¨Los
Rufinos¨. Amen, del cocero de la misa propiedad del Conde de las Cabezuelas.
Fue en 1836, cuando la desamortización de Mendizábal sacaba a la venta los
bienes de Convento Criptanense , dejando sin culto a los colonos de Arenales.
Entonces el párroco de criptana, destina a un sacerdote para atender
espiritualmente a aquellos vecinos, y recae en D. Lope Carvayo.
Y a este señor
le paso un caso curioso:
¨Allá, por finales de 1890 una vecina de Arenales se pega un
tiro o se le escapo, mientras manejaba la escopeta de su marido. Y claro ante
esto, a quien acudían los vecinos?? Pues al Alcalde y al Párroco, que
curiosamente este ultimo estaba allí y dando misa. Al aviso de un vecino salió
corriendo dejando a medias la celebración y a los feligreses dentro del cocero
la misa. Pero llego tarde, y no quedo otra que hacer de Juez y testigo para
poder levantar el cuerpo. Y por qué el? Como daban aviso al Juez de Criptana,
si mientras llegan, le avisan y viene. Se pasa un tiempo, que va en detrimento
del finad@. Porque luego hay que preparar el cuerpo y llevarlo trasportado en
carro a criptana por aquellos caminos tan malos para darle sepultura en el
cementerio de Criptana. En este caso en lo civil, porque los que se quitaban la
vida o morían en condiciones extrañas no se enterraban en sagrado¨.
Hasta aquí lo que os puedo contar, en mi labor de
investigación histórica no he podido reunir más datos. Para descubrir quien fue
la fallecida y que fue lo que realmente paso.
Pero podéis pensar lo que suponía dar sepultura al vecino
que vivía en Arenales.
En carros por aquellos caminos polvorientos en verano y
embarrados en invierno. Bajo el sol y la lluvia según tocaba….
No sería hasta 1922 cuando en los 750 m2. que dono Dña.
Carmen Baíllo se construyera el Cementerio de Arenales. Siendo su primera
defunción la del niño Gabriel Delgado López, efectuada el 5 de febrero de 1922.