Si hace
unas semanas hablábamos en este blogk sobre los 7 años que formamos parte de la
Hermandad como miembros de Junta y de aquellos primeros componentes que estaban
y la formaron con nosotros hasta casi su final, hoy toca hacerlo de una manera
muy especial de una de aquellas personas que formaron parte de ella y más
concretamente de la rama de las camareras de la Virgen.
En
aquel septiembre de 2005 fue cuando la
conocimos, mujer sencilla, agradable en el trato y amable con todos y que hace
unos días no dejaba tras una larga enfermedad.
Elegida para vestir a la
madre(o como dicen por tierras del sur, ponerla guapa) y conocer sus secretos cuando su marido entro a formar parte de la junta. Labor esta desarrollada incansablemente durante más de una década.
En
aquellos años en los que el peso de la medalla era inexistente y los recursos
para hacer las cosas eran escasos. Estuvieron ahí dando todo por los demás,
para que las fiestas de la virgen salieran bien. Cuantas flores puestas a
nuestra madre, cuantas palabras de amabilidad tras el puesto de los recuerdos
de la virgen hacia aquel que se acercaba para adquirir algo; cuantos
sacerdotes, invitados o hasta el propio responsable de la diócesis degustaron
esas recetas salidas de tus manos, siempre con la complicidad de tu marido y
con la unión de otra pareja de amigos y hermanos para dar servicio a los demás.
Cuantas
veces nos comentabas: ¨…llevo desde tal
hora, preparando los canapés¨,¨…anoche hasta las tantas, preparando el caldo
para la paella¨, ¨...mientras preparo esto o aquello no pienso en lo que tengo
encima¨, ¨...la Virgen y los momentos con la Hermandad me dan la vida¨.
Pero la vida con sus idas y venidas siempre nos pone a prueba y dejo huella en ella. Pero supo afrontarla y hay estuvo con el apoyo incondicional de su marido, vistiendo a su virgen y trabajando por los demás.
Cuantas
palabras y pesares dichos en esos silencios producidos al estar a solas junto a
la Virgen, para encontrar un leve respiro de conformidad y poder así seguir
aguantando la carga sobre tus hombros.
El
tiempo que para todos tiene su momento y que para todos pasa, os abrió camino
fuera de la Junta y así a finales de
2011, dejabais de servir y acompañar directamente
a la virgen.
Pero se
ve que nuestra madre desde el cielo, echaba de menos su toque en la forma de
peinarla, su forma de ponerle el manto o su maña para hacerla relucir como
grande que es…y así hace unos días la ha llamado para tenerla a su lado.
Para
todos los que la conocimos nos deja un silencio en nuestra vida y una enseñanza
fuerte en las ganas de trabajar por los demás, superarse y vivir….
Estamos seguros
que desde allí continuas sirviendo a tu virgen, nuestra madre la Stma. Virgen
de Criptana.
José
Vte. – Ma. Cortes y Manolo – Ma. Nati
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