ROMERIA DE LA RESURECCIÓN…
No podía acabar la Semana Santa
Criptanense sin ir de romería al cerro de la virgen. El hecho de que estos días
en criptana terminen con la fiesta patronal de la virgen, es toda una lección
de teología.
Teología intuitiva, ramalazo luminoso del corazón singular de
nuestro pueblo, sexto sentido de la fe, antigua sabiduría evangélica. Y es que
no podía ser de otro modo. La Semana Santa, es buena teología, no es el final,
no es el se acabo, no es lo último.
El evangelio no termina el Viernes Santo.
Cristo no sufre por sufrir. No es un fracasado. Es el que vence a la muerte.
Por eso el Campo de Criptana se hace
fiesta mayor el lunes mismo de pascua. Se sube al Cerro de la Virgen. Suelta
todas sus seguidillas al aire. Estalla de gozo. Y eso sin más, porque si, por
que le sale del alma, porque la virgen importa mucho en la devoción autentica
de un pueblo.
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dibujo de Carmelo Díaz-Ropero |
¡Que bien amigos, que la Semana Santa de Campo de Criptana, termine con la
fiesta de la virgen, a la que yo llame una vez, y llamare siempre, Nuestra Señora de la Resurrección! ¡Como me
place este nombre!, y ¡cuanto me dice!. Porque si es verdad, como lo es, que un
pueblo cristiano, que tiene devoción a la Virgen es fiel al evangelio, tiene
que ser verdad para Campo de Criptana, verdad encarnada, que nos debe de exigir
a todos resucitarnos en sus manos maternales, cambiar de vida, limpiarnos el
corazón y hacernos más trasparentes.
Valentín Arteaga
Extraido del Programa de la Semana Santa de 1976
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