miércoles, 18 de diciembre de 2013

NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA. Hoy es su festividad

Imagen de Ntra. sra. de la Esperanza de Campo de Criptana, expuesta en besamanos el domingo 15.              Foto: J.V.M.
 Vamos a recordar hoy al ser la festividad de Ntra. Sra. de la Esperanza, la Historia de nuestra imagen de la Esperanza de Campo de Criptana. y para eso nos vamos a la pagina: http://www.semanasantacriptana.com, dentro del apartado Hermandad del Cristo de la Expiración para entresacar el siguiente articulo: 

Historia
Disertación expuesta por Francisco Valera Palomino en la Junta General Extraordinaria celebrada en el Santuario de la Virgen de Criptana el 19 de Julio de 1987

.....Se nombró una comisión para ir a Madrid, encabezada por D. Gregorio, para encargar la construcción de la imagen de la Virgen, las andas, el terciopelo para el manto, el hilo de oro y demás materiales para su confección.
La imagen de la Virgen se le encargó a D. Julián Cristóbal, sobrino de D. Juan Cristóbal, que había sido al autor de la imagen del Cristo de la Expiración.
El manto se bordó en el Colegio de las Dominicas de esta Villa, por un grupo de señoritas de la localidad, cofrades de la Virgen, compuesto por:
Josefina Fernández Valera
Remedios Castellanos Muñoz
Rosario Castellanos Muñoz
Juliana Alberca Castellanos
Custodia Jiménez Alberca
Maria López olivares
Pura Camacho Aguilar
para su dirección la madre superiora del Colegio consiguió, de la madre General, que viniera de Oviedo una hermana (la hermana Prieto) que bordaba admirablemente. El trabajo duró cerca de un año
Otra de las actividades que iniciamos fue la de escribir cartas a distintas Cofradías de Valladolid, Cartagena, Sevilla, Málaga y otras capitales, para que nos orientaran en la organización de la Hermandad. Contestaron todas ellas, dándose el caso curioso que una de las Cofradías había salido también del seno de la Juventud.
Con todas estas iniciativas logramos que las otras Hermandades del pueblo se "picaran", renovando sus directivas y adquiriendo nuevos pasos y mejor organización, dando un gran impulso a nuestras procesiones de Semana Santa. El primer año, o sea 1946, solo salimos con la imagen del Cristo, por no estar ni la de la Virgen ni su manto terminados, y, como no teníamos banderín, llevamos la bandera de la Juventud, ya que de allí había salido la Cofradía, y fue portada por el cofrade José Gregorio Díaz-Ropero Sánchez-Manjavacas. En esta primera procesión formamos cuarenta y dos nazarenos.
Imagen de Ntra. sra. de la Esperanza de Campo de Criptana, expuesta en besamanos el domingo 15.               Foto: J.V.M.
Fueron unos años muy esforzados, pues, como partimos de cero, tuvimos que trabajar mucho para reunir fondos. Hicimos un cuadro artístico, en el que cooperaban las jóvenes. Dimos tres funciones de teatro, una titulada "El chico de la tienda", otra "El casto D. José" y la tercera una zarzuela de ambiente gallego, "El voto de Chamarro", original de un sacerdote, hijo del pueblo, que estaba de párroco en El Ferrol. Para sacar más dinero estas obras las representábamos, no solo en Criptana sino también en los pueblos limítrofes, excepto en Alcázar, pues si vamos allí nos pintamos solos..
Por la feria organizamos una corrida de toros, haciendo un palco de madera para las autoridades y acomodándose los demás en galeras, pues entonces no había remolques. Aquí también ocurrió otra cosa célebre. Cuando estaba la corrida en lo más interesante, se hundió el palco de la presidencia, cayendo al ruedo D. Gregorio, el Alcalde y demás autoridades, memos mal que los toros no eran sino vaquillas y no había peligro alguno.
Por mediación de D. Vicente Escribano, que entonces era estudiante de Medicina, vino la tuna universitaria de esa Facultad a dar un concierto, ocurriendo el caso curioso que, entre el alojamiento de los tunos, el regalo que les hicimos, ya que no cobraban nada, y la factura que presentaron de cuerdas que se rompieron, salimos comidos por servidos. Este fue el único festival en el que no ganamos nada, pues en todos los demás salimos beneficiosos.
Una de las visitas que hicimos fue a D. Manuel Torres y Sra.(q.e.p.d.). A estos señores les pedimos para la corona de la Virgen y nos dijeron que ellos se encargarían de comprarla. Para ello, se fueron a Sevilla a ver a un orfebre y se la encargaron, diciéndole que querían que fuera igual que la de laMacarena, claro, con la diferencia de que aquella es de oro macizo y esta de latón, pero la vista es la misma. A propósito, la corona tiene un detalle del que es probable que muchos no os hayáis dado cuenta, y es que dentro lleva un áncora, que significa la esperanza, nombre de nuestra Virgen.....
Las catorce cruces del Vía-Crucis también las consiguió D. Gregorio. Pero esto dijo que era un donativo anónimo y nunca reveló quien las había costeado.
Las hermanas Peñaranda nos dieron un estuche con los entorchados de su padre, el general Peñaranda, para que los deshiciéramos y se empleara el hilo de oro en el bordado del manto de la Virgen, como así se hizo.
Cuando ya estaban terminando la imagen de la Virgen, fue D. Gregorio a la casa "Santa Rufina", en Madrid, a encargar las andas y le dijeron: "Aquí tenemos unas andas terminadas de un Cristo Yacente, nos dieron la mitad de su valor, pero la Cofradía se ha disuelto y aquí las tenemos; si las quieren ustedes se las damos por la mitad de su precio, puesto que la otra mitad ya la hemos cobrado". En estas condiciones se dio la conformidad y, por eso, las primeras andas son esas que podéis ver en las fotografías, que son estrechas y largas, como hechas para un sepulcro, pero a nosotros nos resultaron baratas y de momento salimos del paso.
Tal era nuestro ambiente y nuestra ilusión que casi todas las semanas nos reuníamos en casa de D. Gregorio, aunque no fuese para acordar nada, sino para estar juntos y no perder el contacto. En estas reuniones siempre surgían algunas ideas y alguna renovación que hacer en nuestros pasos para el año siguiente. En la Semana Santa de 1947 logramos salir con nuestra Virgen por primera vez, estrenando también elBanderín de Guía. Se nombró Abanderado a D. Abelardo Ayllón Aranda y Camarera Mayor de la Virgen a Josefina Fernández Valera, que fue a la que durante el bordado del manto la hermana directora encargaba los trabajos más delicados. Era tal nuestro entusiasmo y espíritu de superación que temíamos que algunos miembros de otras Hermandades llegaran a tener envidia y se quejaran al Sr. Cura de que nosotros despuntábamos de los demás porque él solo apoyaba a nuestra Cofradía y, como Párroco, debía estar con todas. Él, para cortar estos roces, nos dijo que nos reuniéramos en nuestras casas particulares y que a estas reuniones asistiría él siempre que le fuese posible, pero especialmente cuando hubiera algún asunto importante que tratar. Así que seguimos reuniéndonos en nuestras casas, en las cuales, al término de la reunión, siempre se sacaba una baraja y algo para remojar la garganta, y este era otro aliciente para no faltar....

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